San Rafael, de todo para todos
Los feriados de Semana Santa son una ocasión ideal para quienes quieran y puedan tomarse unos días de descanso y desconexión de la rutina. San Rafael en Mendoza es un destino consolidado que atrae a visitantes de todo el país y también a extranjeros por la diversidad de actividades y paisajes que ofrece.
Con poco o mucho presupuesto, sean personas grandes, adolescentes o pequeños, amantes de la naturaleza y de las actividades, siempre hay cosas para hacer allí.
Villa 25 de Mayo y Los Reyunos
A pocos kilómetros, en la pintoresca Villa 25 de Mayo, donde se encuentra el Fuerte San Rafael del Diamante. Declarado Monumento Histórico Nacional, fue una de las últimas construcciones de la colonización española, y ha tenido un papel fundamental en la defensa del territorio con historias que vale la pena descubrir. Luego se llega a Los Reyunos, donde se encuentra la represa que contiene al Río Diamante, gracias a la cual se ha formado un lago artificial de una belleza y colores muy llamativos. Los cerros y rocas que no llegaron a taparse por completo por el agua, emergen mostrándose con curiosas y famosas figuras, como “La Ballena” o “El Elefante”. Todo esto se puede recorrer en catamarán, que tiene salidas de manera permanente y que son algo imperdible por el verde intenso de sus aguas. Los más aventureros tendrán una posibilidad única de hacer tirobangi atravesando el lago, una emoción única para los que aman la adrenalina.
Recorrer y conocer bodega
San Rafael es uno de los principales productores de vino del país, y algunos de los mejores exponentes nacionales nacieron en esos terruños. Bodegas grandes, medianas y pequeñas, casi todas tienen su circuito para recibir a los turistas y hacer degustaciones, mientras que en otras se pueden alojar parejas o familias con todas las comodidades.
El Nihuil y Cañón del Atuel
Tal vez sean las bellezas más conocidas de San Rafael, ya que cualquiera que la haya hecho recomendará la excursión. La primera parada se hará en El Nihuil, lugar donde se disfrutar de las playas y bañarse en el agua clara y cristalina; y por supuesto, comer algo para empezar a recorrer el circuito del Cañón. Dentro del mismo se va observando todo el aprovechamiento hidroeléctrico de las aguas del Río Atuel, con sus tres centrales y sus respectivas represas. Además, las paredes del Cañón –a veces de con más de 130 metros de alto- nos muestran diferentes geoformas para divertirse y buscarle similitudes a personajes, objetos o animales. Finalizado el circuito, nos deslumbra desde el hermoso mirador el lago de Valle Grande, con la central hidroeléctrica nº 4 al pie del dique.
Museos
Si de museos se trata, en el Museo Municipal Ferroviario, ubicado en la ex estación ferroviaria, se encuentra la primera locomotora que llegó a la ciudad a principios del siglo pasado y generó un crecimiento comercial y poblacional que modelaron a la zona como la conocemos hoy. La plaza San Martín (en pleno centro de la ciudad) y la Plaza Francia son paseos obligados de las nochecitas sanrafaelinas, donde se puede respirar la esencia de los lugareños. Pero el orgullo de la ciudad es el Parque de los Niños, un lugar increíble para que los chicos, adolescentes y grandes disfruten al aire libre de juegos, ferias locales, espectáculos gratuitos. Ubicado sobre la Avenida Yrigoyen, a pocos metros de restaurantes, cafecitos y cervecerías, es uno de esos lugares que ya son un clásico de la ciudad y siempre alegran a los visitantes por la diversidad de propuestas que encuentran. Por último, otro lugar ineludible para los amantes de la literatura, la historia y los espacios verdes, es el Laberinto de Borges, una joya que hay que ver y en la cual vale la pena perderse y encontrarse.