Una ruta escénica 41, un nuevo circuito en Santa Cruz
Recorre el noroeste de la provincia, incluyendo algunos tramos de la RN 40, para mostrar una naturaleza en estado puro e ingresar al Parque Patagonia y sus propuestas imperdibles de senderismo.
Los 155 kilómetros de ripio que conectan a la localidad de Los Antiguos con Lago Posadas, son una de las opciones imperdibles para los amantes de las travesías. Es un circuito ideal para la buena temporada, entre octubre y abril. Se trata de una experiencia tranquila, por medio de paisajes que combinan formaciones geológicas y una zona de ecotono donde se une la meseta con la cordillera.
Santa Cruz es la segunda provincia más grande de la Argentina en superficie, después de Buenos Aires, y contiene la mayor cantidad de Parques Nacionales del país. Pero en este recorrido, que muchos llaman “de culto”, se transita por una región muy poco conocida y visitada, que conservó su alma del tiempo de los pioneros.
La Ruta Provincial N° 41 es una “ruta escénica”, con 22 puntos panorámicos. Para disfrutarla mejor, la provincia lanzó una audioguía que se descarga libremente mediante una app para dispositivos móviles (desde la solapa “Santa Cruz Sonora”, en el sitio www.santacruzpatagonia.gob.ar).
El recorrido empieza en la localidad de Los Antiguos, la Capital Nacional de la Cereza, y el vecino portal de ingreso al Parque Nacional Patagonia de La Ascención. Unos primeros senderos permiten apreciar los paisajes y la flora, a orillas del Lago Buenos Aires. Dentro de esta ex estancia ganadera se conservaron los edificios que recuerdan cómo vivían los estancieros y como se practicaba la cría extensiva de oveja.
Luego de este inicio, la empieza y lleva a primeros hitos geológicos y puntos escénicos, cruzando en camino ríos cristalinos y mesetas de esta Patagonia infinita. Las primeras paradas son para el mirador del río Jeinimeni, el de Los Cerritos, el salto del Río Zeballos, el Cerro Boleadora, la Laguna Escondida y los balcones para admirar el Cerro San Lorenzo, la cumbre de la provincia.
La travesía culmina en el istmo que une a los Lagos Posadas y Pueyrredón. Es apenas una franja de tierra de cuatro kilómetros de largo y 100 metros de ancho, totalmente natural, que separa dos espejos de agua muy distintos uno del otro. Sus diferencias saltan a la vista por los colores que tiene cada uno: azul profundo para el Pueyrredón y turquesa para el Posadas.
El regreso se puede realizar por un tramo de la Ruta Nacional 40, para hacer un alto y conocer la Cueva de las Manos. Se ingresa por el Portal Cañadón Pinturas de la Reserva Privada Parque Patagonia que administra la fundación Rewilding Argentina. El antiguo puesto de estancia Posta de Los Toldos fue transformado en hospedaje y cuenta con espacios para camping y motorhomes. Este lugar tiene su propio observatorio astronómico, una construcción circular descubierta que ofrece un sistema de “bancos estufa” al aire libre por donde circula el aire caliente de una salamandra. Uno se sienta y puede ver en unos cuencos de piedra en el suelo que reflejan algunas constelaciones.
Desde la entrada y hasta el corazón de este parque, las propuestas son para todos los gustos y niveles de exigencia. Se puede dedicar una mención especial al circuito Tierra de Colores, a la vera de la Ruta Nacional 40. Gracias a un sendero, se camina por un paisaje de areniscas de distintos colores, incluyendo verdes, ocres, marrones, rosados y rojizos. Es como si el Cerro de los Siete Colores de Purmamarca (en la lejana Jujuy), estuviera hundido a nuestros pies.
Desde el portal sale una red de 40 kilómetros de senderos autoguiados. Uno de los preferidos de los visitantes es la “Bajada Los Toldos”, que desciende por la ladera del cañadón del río Pinturas y pasa por un túnel de sauces increíble. Otra opción es caminar hasta el centro de interpretación y la oficina de informes del Parque Provincial Cueva de Las Manos. De 9 a 17:00 hs en invierno y hasta las 18:00 hs en verano se ingresa al sitio arqueológico con guías expertos para conocer el más importante conjunto de pinturas rupestres del país. Los que optan por el sendero de Los Balcones pueden llegar a tener la suerte de ver un chinchillón anaranjado, un animal que es el dueño del lugar.