Brasil, un destino de vinos inesperado

Conocido mundialmente por sus playas y exuberante naturaleza, el mayor país de Sudamérica guarda un secreto que cada vez toma más protagonismo: su industria vitivinícola.

Aunque no tiene la misma fama que Chile o Argentina, Brasil es el tercer mayor productor de vinos en América del Sur y el decimotercero globalmente. Con una superficie vasta y diversa que abarca 8,5 millones de km², el país alberga varias regiones vitivinícolas, cada una con características únicas que desafían las expectativas tradicionales sobre la producción de vino. El mayor país de América del Sur elabora vinos en 26 regiones (lo que le da una gran pluralidad de terroirs), y uno de sus productos más destacados y premiados -a nivel local e internacional- es el vino espumante.

Vino entre Bahía y Pernambuco

Una de las regiones más sorprendentes es el Valle del Río San Francisco, situado en el noreste de Brasil. Este valle, que se extiende entre los estados de Bahía y Pernambuco, no solo es un centro agrícola clave, sino que también produce vinos tropicales con una identidad regional marcada. En esta zona, las vides pueden producir uvas hasta tres veces al año, algo único en el mundo. Las condiciones climáticas excepcionales, con temperaturas constantes de 27ºC, una excelente insolación y una baja pluviosidad anual permiten ciclos de producción controlados por la intervención humana, en lugar de depender de las estaciones naturales.

Los viñedos en el Valle del Río San Francisco abarcan unas 500 hectáreas y producen alrededor de ocho millones de litros de vino al año, el 15% de la producción nacional, incluyendo vinos finos y espumantes. El 30% de los vinos producidos en la región se clasifican como “vinos finos”, con premios nacionales e internacionales. Las principales bodegas de la región, como Rio Sol, Terranova y Botticelli, se han posicionado en el mercado local e internacional con productos premiados. El reconocimiento de la Indicación de Origen (PI) Valle de São Francisco en 2023 por el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) subraya la singularidad de los vinos de esta región.

Las uvas que predominan en esta zona son variedades internacionales como Syrah, Cabernet Sauvignon y Chardonnay, pero con una expresión particular que refleja las características del terroir tropical. La experiencia enoturística en esta región no se limita a la cata de vinos; los visitantes pueden disfrutar de tours que combinan la naturaleza con la cultura local, como paseos por las islas del río San Francisco y experiencias gastronómicas en el Bodódromo, famoso por su carne de chivo.

Vinos de la Serra Gaúcha

En el otro extremo del país, en el sur, se encuentra el corazón tradicional de la producción vinícola brasileña: la Serra Gaúcha, en Rio Grande do Sul. Esta región, influenciada por la inmigración italiana, concentra la mayor parte de la producción de vinos en Brasil y es famosa por su espumante, que ha ganado reconocimiento internacional. Aquí, en el Valle de los Viñedos, los viñedos familiares ofrecen una experiencia enoturística más íntima, donde los visitantes pueden participar en la vendimia, visitar bodegas y disfrutar de la gastronomía local.

Bento Gonçalves, la ciudad más conocida de la región, es el epicentro del turismo del vino en la Serra Gaúcha. La vinoterapia en el Spa del Vino es una de las actividades más singulares que ofrece la región, combinando el bienestar con los beneficios de la uva en un entorno paradisíaco. Se trata de un conjunto de terapias de la marca francesa Caudalie, que desde hace tres décadas patrocina estudios en la Universidad de Bordeaux sobre los efectos de la uva en la piel. El lugar es simplemente paradisíaco, con vista panorámica a los viñedos.

Un detalle que vale la pena destacar: a diferencia de otros circuitos de enoturismo en el mundo (por ejemplo en Estados Unidos) en el Valle de los Viñedos gaúcho la visita de niños no está prohibida en las bodegas, si bien hay que respetar ciertas normas por el bienestar de los menores.

Brasil, con sus contrastes y diversidad, ofrece una experiencia enoturística rica y variada que va más allá de los estereotipos. Desde los viñedos tropicales del Valle del Río San Francisco hasta la tradición vinícola de la Serra Gaúcha, el país demuestra que su industria del vino tiene un lugar importante en el escenario internacional.

“Brasil es el tercer mayor productor de vinos en América del Sur y el decimotercero globalmente.”

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