Cenotes de Yucatán, paraísos subterráneos

En el corazón de la selva maya, rodeados de árboles de raíces largas que buscan el agua que les da vida, los cenotes son formaciones geológicas creadas por el colapso de una cueva subterránea llena de agua.
Estos son tan solo tres de los más de 3 mil cenotes en la región, espacios naturales que son tanto un atractivo turístico como un legado cultural y geográfico de sus comunidades.
Cenote Xkekén, como en un cuento mitológico- A cinco kilómetros del pueblo Mágico de Valladolid se localiza el Parque Xkekén, donde se puede disfrutar de un refrescante baño en las milenarias aguas de los dos cenotes mayas ubicados en el parque.
El cenote Xkekén está adornado en su interior con estalagmitas y al medio día un haz de luz natural desde la bóveda aumenta su majestuosidad. Una impresionante vista y aguas cristalinas se contempla en el cenote Samulá. La comunidad de artesanos de Dzitnup ofrece sus productos como ropa típica, recuerdos y accesorios para nadar.

Nohmozon: Aventura subacuática al máximo- Este destaca por su tamaño y singularidad. Es ideal para quienes buscan disfrutar de actividades subacuáticas como snorkel y buceo. Sus amplias bóvedas ofrecen una visión fascinante de estalactitas y estalagmitas iluminadas por la luz solar que se filtra a través de la vegetación, creando un espectáculo visual.
Zazil Tunich: Una obra de arte natural- A 20 metros bajo tierra, Zazil Tunich transporta a un mundo místico. Durante el recorrido, las formaciones de estalactitas y estalagmitas guían a los visitantes hacia lo más profundo de Xibalbá, el inframundo maya.
La zona conocida como el «Beso Maya», un estrecho pasaje formado por una estalagmita gigante, lleva al visitante a la cueva del alux, el espíritu guardián de las grutas. Al final del recorrido, un cenote de aguas sagradas aguarda para una inmersión refrescante. Además, el parque que alberga el cenote cuenta con cinco acogedoras cabañas en medio de la selva.