Lo que quedó del Verano del Amor
Varios barrios de San Francisco tienen su propia identidad, como el Castro, el epicentro LGBT donde nacieron los movimientos de reivindicación gay. A pocas cuadras de distancia, un cruce de calles simboliza el distrito donde nació la psicodelia y a partir del cual el movimiento hippie conquistó el mundo entero durante un breve período a fines de los años 60.
“If you’re going to San Francisco, be sure to wear some flowers in your hair”: si vas a San Francisco, no te olvides de llevar flores en el pelo. El Verano del Amor terminó hace más de medio siglo, pero siempre está presente en algún rincón de la mente de quienes visitan la ciudad de la bahía.¿Quedó algo realmente de aquella época y del movimiento hippie? El tiempo pasa pero no siempre se lleva todo. Y es así que el flower power no terminó del todo en el barrio de Haight Ashbury, entre Presidio y Twin Peaks y cerca del Castro, en el corazón mismo de San Francisco. Allí late lo que queda de los locos meses del verano del 67.
Peace and Love
El centro de Haight Ashbury queda en la intersección de las dos calles que le dan nombre: Henry Huntley Haight fue un gobernador de California de fines del siglo XIX y Munroe Ashbury una figura política de la misma época. Se los recuerda con placas viales porque contribuyeron al desarrollo del barrio y al del vecino Golden Gate Park.
Hoy día es un lugar turístico e hip, lo contrario de lo que era en los años 60, cuando conformaba una zona de casas descuidadas y de bajo alquiler. Las mansiones victorianas no eran una pinturita como hoy, sino que servían de base para comunidades juveniles que se juntaban para compartir un mismo rechazo por la guerra de Vietnam y la sociedad consumista norteamericana. El arraigo de la cultura psicodélica le debe mucho a una histórica tienda que abrió sus puertas en enero de 1966: en The Psychedelic Shop se conseguía todo tipos de drogas, desde las más suaves a las más duras. Sus clientes eran músicos famosos o jóvenes idealistas, los nuevos vecinos del barrio.
Desde aquellos tiempos, esta parte de San Francisco está asociada a los principales nombres del rock psicodélico: Janis Joplin, Jimmy Hendrix, The Jefferson Airplane. Y también a los Diggers, aquellos Robin Hood modernos liderados por el enigmático Emmett Grogan, una de las figuras de la contracultura de San Francisco. Por entonces, mientras el Verano del Amor todavía era una utopía, los primeros hippies no solo vivían de paz y amor…
Flower Power
Basta ver el cuidado con que las fachadas de las casas victorianas fueron restauradas y puestas en valor; o imaginar el precio de los últimos modelos de SUV estacionados en la calle para darse cuenta de que el barrio ha cambiado. Y mucho. Quedaron algunos hippies de la primera, de la segunda o incluso de la tercera generación. Pero no son mayoría y ahora hay sobre todo ingenieros de las GAFA (Google, Amazon, Fracebook y Apple). Las viejas utopías de los años 60 cedieron lugar a las nuevas economías y al mundo virtual de Internet y las computadoras. Pero San Francisco, de una manera u otra, está siempre a la vanguardia.
Los nuevos dueños de Haight Ashbury viven en las mismas casonas que vieron confluir a decenas de miles de jóvenes de todo el mundo durante el verano de 1967. Adeptos o curiosos, querían participar en la experiencia hippie. Su proveduría era el Golden Gate Park, donde se conseguían comidas, drogas y parejas. Los Diggers se encargaban de la distribución y no cobraban a nadie. Sus ideales inspiraron a muchos otros grupos que mezclaban por igual acción social, prestaciones de teatro callejero y provocaciones anarquistas.
Fue un período intenso pero muy corto, y en octubre los que quedaron en Haight Ashbury organizaron el velorio del movimiento, aunque durante varios años siguieron existiendo comunidades y siguió llegando gente de todas partes del mundo. El poder de las flores no se marchitó del todo y sobrevivió, aunque a veces parece conservado artificialmente para responder a la necesidad de nostalgia de los visitantes.
Las 4:20 y para siempre
A pesar de su transformación, el barrio conservó lo suficiente de su espíritu hippie para los que buscan una buena dosis de contracultura o de recuerdos, según su edad. Varias tiendas resisten al paso del tiempo o abrieron sobre el modelo de las antiguas: venden música, ropa, libros eróticos o tratados espirituales, todo lo que fue indispensable para aquellos que crearon y vivieron el Verano del Amor.
En cuanto a música, Amoeba Music (Haight Street 1855) vende discos nuevos y usados y tiene una de las mayores ofertas de California. Es el lugar ideal para buscar algo más que algún clásico de The Mamas and The Papas o de Scott McKenzie.
La otra dirección que no se puede obviar es Haight Street 710, la Grateful Dead House donde vivió la banda. En otras painted ladies (las casas victorianas pintadas) vivieron Janis Joplin y Jimmy Hendrix: respectivamente en Lyon Street 122 y Haight Street 1524A.
Las rondas nostálgicas que dan los visitantes por el barrio incluyen también la librería anarquista Bound Together Bookstore, la tienda vintage Wasteland o algunas de las boutiques de productos de Nepal y de Tibet. El veterano entre todos los negocios es la Piedmont Boutique, que se ha transformado en una postal del barrio y sigue resistiendo los cambios de moda desde 1972 (Haight Street 1452).
El paseo termina en el mismo lugar donde empezó. En el cruce de las calles Haight y Ashbury, al pie del reloj que marca siempre la misma hora. En esta esquina del mundo el tiempo se detuvo a las 4:20. No hay que preguntar por qué: cada uno tiene su propia versión del enigma. Pero varios están relacionados con el consumo de marihuana, y no podía ser de otra forma en la esquina más psicodélica del mundo.