Al igual que en Europa, los atrasos de vuelos estarán indemnizados en USA
Es un tema que desató fuertes tensiones entre la IATA y el Gobierno de Joe Biden, que quiere que los pasajeros reciban compensaciones cuando sus vuelos se ven demorados o cancelados.
El Presidente Biden en persona y su secretario de Transporte, Pete Buttigieg, anunciaron esta semana que tienen la intención de cambiar algunas reglas en la aeronavegación comercial y quieren sobre todo obligar las compañías aéreas a compensar con dinero a los pasajeros afectados por atrasos, reprogramaciones o cancelaciones.
Esta decisión fue impulsada por episodios recientes, como la reciente y masiva cancelación de 16.700 vuelos de Southwest. Washington quiere que los clientes de las empresas aéreas de su país puedan tener el mismo beneficio que tienen desde hace dos décadas los europeos en casos similares.
La medida quiere instaurar una compensación monetaria para todos los atrasos importantes o las cancelaciones. Joe Biden se pronunció incluso para que las indemnizaciones abarquen los gastos de restauración, de transporte y de hotelería generados por estos imprevistos. Declaró, dirigiéndose a los usuarios, que “ustedes merecen ser plenamente indemnizados. Su tiempo cuenta. El impacto sobre su vida cuenta”. La medida podría ser efectiva a partir de fines de este año.
Actualmente, las compañías norteamericanas indemnizan a sus pasajeros únicamente en casos de sobreventas de vuelos. Frente a cancelaciones o atrasos relevantes, entregan bonos por comidas.
El CEO de la IATA, Willie Walsh, argumentó que las compañías estadounidenses ya cuentan con incentivos financieros propios para compensar a los pasajeros. Declaró que “las aerolíneas trabajan arduamente para llevar a los pasajeros a sus destinos a tiempo y hacen todo lo posible para minimizar los impactos ante cualquier retraso. La gestión de retrasos y cancelaciones es muy costosa para las aerolíneas. Los gastos adicionales que supondrá esta regulación no servirán de incentivo y las aerolíneas tendrán que recuperarlos, lo que probablemente tenga un impacto en los precios de los billetes”.