Bulgaria, el secreto mejor guardado de Europa

El destino se está posicionando como una de las joyas ocultas del continente. Además de su historia milenaria, sus paisajes naturales y su riqueza cultural, es el destino más económico de la Unión Europea.

En Bulgaria hay destinos para todos los gustos. Las habituales dicotomías entre playa y montaña o ciudad y campo se solucionan con una gran variedad de propuestas, desde balnearios sobre el Mar Negro hasta centros de nieve en los Balcanes. Y todo esto, con un costo de vida hasta dos veces más bajo que en Europa Occidental, lo que la convierte en una opción ideal para viajeros que buscan experiencias auténticas sin gastar una fortuna.

Uno de los mayores atractivos de Bulgaria es su diversidad geográfica. En su territorio conviven llanuras, montañas, costas y bosques. A diferencia de otros destinos saturados por el turismo masivo, allí es posible disfrutar de sitios históricos y paisajes naturales en un ambiente de calma y autenticidad, lejos de las masas que agobian otros países del Viejo Continente.

La costa del mar Negro, por ejemplo, cuenta con playas tranquilas y aguas cálidas, ideales para unas vacaciones en familia o escapadas románticas. En invierno, las estaciones de Bansko, Borovets y Pamporovo ofrecen alternativas para los amantes del esquí y los deportes de nieve a precios mucho más accesibles que en los Alpes.

Tres joyas imperdibles en Bulgaria

Sofía, la capital, es una ciudad vibrante donde conviven iglesias ortodoxas, mezquitas otomanas y sinagogas, testimonio de su pasado multicultural. Aquí se pueden visitar museos, pasear por plazas históricas como Battenberg o Sveta Nedelya, y descansar en parques como Borisova Gradina o el Parque Sur.

Nessebar, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una ciudad antigua construida sobre una península rocosa. Su casco histórico ofrece vestigios romanos, bizantinos y medievales. A pocos pasos, se encuentra la moderna Slantchev Briag, una animada estación balnearia con hoteles frente al mar y temperaturas de hasta 30°C en verano.

Y por supuesto, el Monasterio de Rila, fundado en el siglo X y rodeado de montañas, es el monumento más visitado del país. Su arquitectura, frescos y ambiente espiritual lo convierten en una visita obligada, tanto por su valor cultural como por su belleza natural.

Gastronomía y tranquilidad, a precios insuperables

Otro motivo para visitar Bulgaria es su gastronomía tradicional, influenciada por la cocina turca, griega y balcánica. Los platos típicos como el banitsa (pastel de queso), el kavarma (estofado) o la ensalada shopska se pueden disfrutar en restaurantes locales a precios sorprendentemente bajos. Un menú completo en una taberna tradicional cuesta apenas una fracción de lo que costaría en el oeste europeo.

Además, al no ser un destino invadido por el turismo masivo, los viajeros pueden disfrutar de una experiencia relajada, segura y auténtica, sin filas interminables ni aglomeraciones. Bulgaria ocupa regularmente posiciones destacadas en el Índice Global de Paz, lo que garantiza un entorno seguro para todos los visitantes.

Si no es caro visitar Bulgaria, no lo es tampoco llegar. El país y su capital están muy bien conectados con el resto de Europa con vuelos low-cost. Es posible llegar desde las principales ciudades de Europa Occidental por tan solo unas decenas de euros.

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