Curaçao, el Caribe europeo con múltiples actividades
Curaçao crece en las preferencias de los viajeros latinos. Decenas de bellísimas playas, actividades para todas las edades y la posibilidad de comunicarse en español subrayan sus ventajas.
La isla de Curaçao ofrece a los visitantes un pedacito de Europa en el Caribe. El entorno es el del Caribe, sin dudarlo, pero recorrer Willemstad —la pequeña y encantadora capital— invita a sentirse como en Ámsterdam, gracias a una arquitectura muy similar que, sin embargo, se distingue por el toque que aportan sus colores caribeños.
La tercera de las “islas ABC” —el arco que forman Aruba, Bonaire y Curaçao— tiene varias ventajas geográficas que la ponen a la cabeza cuando se trata de elegir un destino para disfrutar de la playa.
La primera de ellas es que se encuentra fuera de la zona de huracanes, una consideración necesaria durante algunos meses del año, sobre todo cuando las transformaciones climáticas llevan al extremo algunos fenómenos meteorológicos. La segunda es una temperatura ideal para las vacaciones: es verano durante los 12 meses del año, con unos cálidos 29˚C, ideales para disfrutar el mar. Por lo tanto, la tercera ventaja estará siempre al alcance de la mano: sus más de 35 playas de colores turquesas y aguas cristalinas, libres de sargazo y con una temperatura ideal en el agua, que ronda los 27˚C.
Klein Curaçao
Klein Curacao (la pequeña Curaçao) es un imperdible a nivel de playas porque es una pequeña isla desierta que pertenece a Curaçao. Se llega únicamente en barco, por lo que constituye toda una experiencia navegar en alta mar y luego hacer un full day en una hermosa playa del lugar.
Curaçao, con sus aires de Caribe europeo, ofrece además actividades para todos los visitantes, y de todas las edades. Si viajan en familia hay parques acuáticos y parques mecánicos para multiplicar la diversión. También se puede visitar el Seaquarium o ir a la granja de avestruces. Cuando los jóvenes van en grupo, prefieren muchas actividades acuáticas y movida nocturna, pero cuando el plan es el romance, la isla no se queda atrás con sus paseos en barco para ver el atardecer y experiencias como la cena en un antiguo fuerte. Y si los viajeros llegan desde América Latina, tienen una ventaja particular: en Curaçao se habla también español, de modo que es posible comunicarse sin problemas para organizar unas vacaciones inolvidables.