Italia vuelve a temer el sobreturismo
El Gobierno de Giorgia Melloni quiere introducir medidas regionales para frenar la masividad de las llegadas de viajeros en varios destinos.
Fue uno de los temas candentes antes de la pandemia, pero con la reactivación de los viajes y del turismo, el sobreturismo es nuevamente de actualidad y preocupa a los poderes públicos que no quieren repetir situaciones de tensiones como las que se llegaron a vivir en 2018 y 2019 en los destinos más presionados por su extrema popularidad.
En el caso de Italia, el lugar más emblemático de ese problema es Venecia, que viene estudiando desde años maneras para controlar y limitar la cantidad de visitantes por día. Además de mejores infraestructuras, se puso a consideración la aplicación de un impuesto, denominado tasa de ingreso, que deberán pagar todos los que ingresan a la ciudad por el día, sin pernoctar. Luego de varios anuncios y postergaciones, podría ser aplicado a partir del año que viene.
Mientras tanto varios otros destinos italianos ya empezaron a tomar medidas concretas. Es el caso de la isla del Giglio, en la Toscana. Suele ser muy concurrida durante el verano y el gobierno local aplica un derecho de ingreso de 3 euros por persona (que bajará a 2 euros durante el invierno). Otras islas, las pequeñas Lampedusa y Linosa van a prohibir la circulación de todos los vehículos que no tengan una chapa de inmatriculación local, durante los meses de la temporada alta. Mientras tanto, en Sardeña se limitará el acceso a las playas más concurridas para evitar la acumulación de público.