Mejor prevenir que curar: el modelo suizo contra el sobreturismo
Aunque Suiza no padezca de excesos, sus autoridades quieren lograr un mayor equilibrio en el flujo de visitantes a lo largo del año. Además, promueve destinos menos frecuentados para repartir su mercado en todo el país.
Suiza Turismo es el organismo que promueve la plaza turística receptiva de la Confederación Helvética. Es uno de los más innovadores del mundo y tiene en su haber destacables éxitos de promoción como el Grand Tour de Suiza o la recordada invitación que le hizo Roger Federer a Robert de Niro.
El director general de ST, Martin Nydegger, realizó una rueda de prensa la semana pasada, al inicio de la temporada alta de verano en Europa. Explicó la estrategia suiza para tener un turismo armonioso y repartido entre todos los destinos y todas las épocas del año. Comentó que la idea es sugerir “los lugares adecuados en el momento oportuno. No existe un problema generalizado de turismo excesivo en Suiza, aunque por supuesto, como en todas partes, hay cuellos de botella temporales y locales, bien conocidos por el sector”.
Suiza es al mismo tiempo el país donde se inventó el turismo moderno y uno de los más deseados por los viajeros en todo el mundo. El sector representa un 4,5 % del PIB nacional. Es de una de las múltiples actividades de una de las economías más diversificadas del mundo. Como en otras partes de Europa, el fantasma del sobreturismo y sus efectos negativos preocupa a los profesionales del sector. Pero una encuesta de Suiza Turismo demostró hace poco que solo el 5 % de la población se muestra pesimista en relación a este problema.
Las autoridades no se descuidan, por lo tanto, y se muestren proactivas para acompañar el sector y evitarle eventuales futuros problemas. Es por esta razón que Suiza Turismo empieza a trabajar con operadores turísticos para promover programas fuera de los circuitos habituales y nuevos productos diferenciales (como por ejemplo el paseo de Davos a Klosters en bici eléctrica). Es una estrategia especialmente pensada para los mercados asiáticos, que mandan grandes cantidades de viajeros a los Alpes suizos. El pequeño pueblo de Iseltwald y sus 400 habitantes, por ejemplo, vieron su vida cambiar con la gran afluencia de turistas de Corea. Llegan hasta ese remoto rincón del lago de Brienz, por el éxito de una serie en su país. Para tratar de limitar ese flujo, el municipio cobra entonces una tasa de CHF 5 para sacarse selfies desde el pontón donde se habían rodado secuencias emblemáticas de Crash Landing on You. Es un único caso de sobreturismo en las tranquilas montañas suizas.
Martin Nydegger admite que son fenómenos “temporales y geográficamente limitados. Suiza tiene una opinión positiva del turismo”. Recordemos que es ahí donde fue inventado el turismo de la era moderna, con los primeros viajes organizados de Thomas Cook en los Alpes, en 1863.