¿Qué futuro tiene la hotelería lifestyle?
El sector hotelero es cada vez más híbrido y los profesionales se preguntan si ese concepto no está en declive frente a nuevas tendencias.
Lifestyle, o estilo de vida, es un término que se escuchó mucho en la hotelería a lo largo de los últimos años, para describir un tipo de establecimiento posicionado sobre el segmento del lujo y que se destaca por desarrollar un estilo diferenciado y carácter propio. La tendencia tomó fuerza con el crecimiento de los hoteles boutique, y fue vista en sus inicios como “un soplo de aire fresco” para la industria.
De los pequeños hoteles con una identidad bien marcada y diferenciada, el concepto Lifestyle pasó a los grandes grupos y sus marcas, donde cambió su carácter inicial. “Hoy es un término mal utilizado. Se ha convertido en un comodín. En lugar de calificar un hotel, hace más difícil su posicionamiento”, opinó una reconocida interiorista.
El significado del Lifestyle se empezó a diluir y a deslizarse hacia otros conceptos. Se debe en parte a las mutaciones actuales, impulsadas por la crisis sanitaria del 2020, el auge del teletrabajo, el bleisure y los nómades digitales por un lado; la inflación y las nuevas aspiraciones de los viajeros por otro.
Los huéspedes quieren tener seguridad con relación a sus consumos pero también buscan “mimos” y “comprensión”, como lo reconoce un directivo de la empresa europea de gestión hotelera Alborán. Los hoteleros tienen que adaptarse y empezaron a amalgamar Lifestyle y Wellness, bienestar, relajación y experiencias.
La creatividad en generar ambientes que respondan a estas aspiraciones de los viajeros es la clave para tener éxito actualmente, con conceptos que capten la atención del mercado, más abiertos a las comunidades sin dejar de ser refugios de bienestar y de serenidad.
Un hotel es ahora un sitio múltiple, donde un viajero busca alojamiento, pero también buena mesa, salones, eventualmente la biblioteca y la programación cultural. En noviembre se realizará una nueva edición de EquipHotel, la feria B2B más importante del sector a nivel mundial, que se organiza cada dos años en París: su vocero anticipa que se debatirá mucho en torno a la validez del concepto Lifestyle este año durante las cinco jornadas del salón, que se realizará del 3 al 7 de noviembre: «En 2024, queremos viajar con un propósito y los hoteleros se transformaron en anfitriones, que se destacan por sus fuertes personalidades».
El Lifestyle mutó hacia un concepto versátil, pero sus bases están más vigentes que nunca: arquitectura, concepto, decoración o posicionamiento. Todo parte de una idea inicial, de una fuerte predisposición al servicio, de un deseo de sorprender a los viajeros y animarlos a «vivir una vida» distinta. En resumen, la antítesis de la hospitalidad codificada.