Un recorrido por el Macondo de García Márquez

Para los más fervientes amantes de las letras, Aracataca en Colombia, atrae cada vez más viajeros decididos a explorar el pueblo natal del Premio Nobel de Literatura.

El estreno de la serie “Cien años de soledad”, reavivó el interés por conocer detalles del pueblo que inspiró la obra más célebre del autor Colombiano, Gabriel García Márquez.

Apenas se anunció el paso del libro a la pantalla, las búsquedas de tours enfocados en el escritor se incrementaron un 15%, de acuerdo con un reporte de la plataforma online de visitas guiadas, excursiones y actividades en español por todo el mundo.

Macondo «no es tanto un lugar como un estado de ánimo», describiría García Márquez, pero en el tour de Macondo por Aracataca se conocen lugares importantes y se cuentan historias entrañables de este pueblo imaginario hoy conocido en todo el mundo.

Lugares del pueblo reflejados en la obra literaria:

Museo Casa de Gabriel García Márquez- Aunque la casa en la que transcurrió la infancia de Gabo fue demolida, este museo es una réplica de aquel inmueble en el que escuchó de su abuelo historias de la guerra de los mil días, relatada en “Cien años de soledad”.

La calle de los turcos- A principios del siglo XX, Aracataca acogió a migrantes provenientes del Medio Oriente y, aunque muchos de ellos eran de origen palestino o libanés, llegaron con pasaporte de Turquía, por lo que recibieron desde esa época el gentilicio de turcos.

Parque de Remedios la Bella- El personaje de Remedios la Bella se creó, según contó García Márquez, gracias a la historia de una joven de Aracataca que se fugó con su amante; el personaje de la ficción murió virgen. Para evitar la deshonra, aunque todo el pueblo conocía la verdad, la abuela siempre contó que su nieta había subido al cielo como la Virgen María.

En este museo casa se han recreado diferentes fragmentos y espacios contados en la obra literaria, como el fresco corredor de la casa de los Buendía, decorado con begonias y en el que las mujeres de la familia se sentaban a tejer o el cuarto de Melquiades, en este caso de los trastos, espacio prohibido para el pequeño Gabriel.

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